LA TEORÍA DEL CUENTO DE JUAN BOSCH

1. INTRODUCCION: VIDA Y ESCRITURA

1.0. Antecedentes

Para analizar los diferentes momentos y componentes de la teoría genérica elaborada por Juan Bosch con respecto a la forma literaria cuento, es imprescindible tener una visión previa de las diversas etapas de su producción narrativa, las cuales, en este caso, están ligadas a su agitado itinerario vital. Luego de presentar este esquema, que considera exclusivamente sus obras de índole narrativa, excluyendo las biográficas, históricas, políticas, poéticas y culturales, se sistematizarán los aportes de su teoría del cuento realizados en diversos momentos y a través de distintas publicaciones.

No conocemos ningún estudio que desenvuelva la totalidad de la teoría del cuento en Bosch, y nuestro objetivo es justamente reunir todos sus artículos en torno a este tema y observar la constitución gradual de una teoría del cuento.

1.1. Primera etapa formativa: en Santo Domingo: 1909-1938

La vida de Juan Emilio Bosch Gavino se extiende a lo largo de todo el siglo XX. Nació el 30 de junio de 1909 y falleció el   1 de noviembre del 2001. Antes de los 10 años de edad, en 1918, escribe sus primeras narraciones y desde 1925 comienza ya a publicar sus poemas y relatos. Redacta uno de sus cuentos más conocidos, “La mujer”, en 1932, y en 1933 da a conocer Camino real, su primer volumen de cuentos.

En 1935 publica un segundo libro: Indios: Apuntes históricos y leyendas, conjunto de relatos donde asume el pasado caribeño y americano. En 1936 publica su primera novela: La mañosa, la novela de las revoluciones. Según su propio recuento, compone 24 cuentos antes de partir a su largo destierro, en 1938.

1.2. Segunda etapa de madurez: en el exilio caribeño y americano: 1938-1961

En los 24 años de diáspora que vienen a continuación, en diferentes países de América, continúa su tarea creadora, logrando reunir 27 cuentos escritos en el exilio.

En enero de 1938 ya está en San Juan, Puerto Rico. En enero de 1939 viaja a Cuba, donde se radica y continúa publicando cuentos y poemas. En 1940 lee a Horacio Quiroga y a Pablo Neruda. En 1941 publica Dos pesos de agua, que contiene otro de sus relatos famosos, que da título a un segundo volumen de cuentos.
 
En 1941 recibe un  Premio por su cuento “El socio”, y en 1942 escribe “El río y su enemigo”. Este último relato, publicado en julio de 1940 en Puerto Rico Ilustrado y también, el mismo año, en la revista cubana Carteles, señala el importante momento en que Bosch, según el mismo, habría entendido la arquitectura,  función y técnica del cuento.

En 1943 gana otro Premio con su cuento “Luis Pié”, y en 1944 dicta en La Habana una conferencia titulada “Las características del cuento”. Esta es la primera de sus contribuciones téorico-prácticas referidas al desciframiento del género cuento, y acontece luego de estar casi 6 años en el exilio caribeño. En 1947 publica en Cuba el volumen titulado Ocho cuentos, su tercer conjunto de relatos. En 1948 le roban un libro inédito compuesto por 11 cuentos, que llevaba por título Callejón Pontón. En 1953, Bosch debe salir de Cuba, para ir a vivir a Costa Rica, primero, y luego a Bolivia.

Llega a Chile en 1954 y el mismo año se traslada a Niebla, cerca de Valdivia, donde escribe: “La muchacha de La Guaira” y “El indio Manuel Securi”, otros dos relatos famosos. En Chile, publica un volumen impactante, La muchacha de La Guaira, que aparece en Santiago, en la Editorial Nascimento, el 31 de julio de 1955, y que es su cuarto volumen de cuentos.

En enero de 1956 está de regreso en Cuba, donde escribe en febrero “Cuento de Navidad”, un relato que fue publicado en Chile. En 1958 está viviendo en Caracas, donde, en la Universidad Central, ofrece un curso de seis sesiones titulado “La técnica del cuento”. Esta es la segunda ocasión que se le presenta en el exilio sudamericano ahora para sistematizar sus ideas acerca de la teoría del cuento y de práctica de escritura de este género.

Las seis sesiones de este curso se transformaron en 3 conferencias escritas, las cuales tuvieron una primera publicación, en Venezuela, en 1958, 1960 y 1961, respectivamente. En 1960 da a conocer otro importante relato “La mancha indeleble”, su último cuento. Retornará a Santo Domingo, publicará colecciones de cuentos, pero no escribirá otro relato posteriormente.

2. JUAN BOSCH Y SU TEORIA DEL CUENTO
                                                                 
2.1. Antecedentes

En esta parte interesa reconstituir la reflexión de Bosch acerca del cuento, la cual se extiende aproximadamente entre 1944 y 1987. El registro de estos diversos momentos muestra una indagación clarificadora, una gradual precisión de ideas, una sistematización a lo largo del tiempo, en una misma dirección, pero con énfasis coyunturales diferenciados. Sus distinciones acerca de la estructura, técnica, temática, función y extensión del cuento en muchos momentos se da en contraste con otras formas narrativas, en especial con la novela.

2.2. Características del cuento, conferencia en La Habana (1944)

El primer artículo que publica Bosch sobre la teoría y técnica del cuento se titula “Características del cuento” y apareció en El mirador literario, La Habana, julio de 1944, 6-9. Ha sido publicado en cuatro otros lugares.

Este trabajo de Bosch es la versión escrita de una conferencia ofrecida en la Institución Hispano-Cubana de Cultura. Está comentando inicialmente el libro La Luna Nona y otros cuentos, de Lino Novás Calvo, cuando, al enfrentar la oposición entre cuentos largos y novelas cortas, se decide a definir lo que es el género cuento, y cómo se diferencia de la novela.

Lo que primero es que el tamaño, la extensión del cuento, no es un factor decisivo. Para Bosch, en cambio, una de las condiciones esenciales del cuento es la persistencia en un tema central, pero esto solo no hace al cuento. Usa una metáfora que Cortázar recobrará años más tarde: “el cuento es una flecha dirigida rectamente hacia un blanco”. El tema es el hecho en sí, agarrado por su parte vital. En consecuencia, el cuento no es una novela en síntesis. El cuento es un universo cerrado, expresión que Bosch atribuye a Suárez Solís; allí el tema central se expresa como una unidad sui generis. Es una unidad de tema, y una unidad de tema y expresión.

Bosch define claramente lo que le interesa de su reflexión sobre el cuento: “No hablo de lo que se relata, sino del relato en sí: no me refiero a lo que se contiene, sino a la manera de contenerlo”. Su interés es explicar la razón misma del género, porque el arte de escribir cuentos es algo que no puede enseñarse ni aprenderse, declara. Y agrega que la expresión y su técnica, no es suficiente para hacer un cuento. Más aún, el desenlace sorpresivo no es una ley del cuento, declara.

La diferencia del cuento con respecto a la novela está en el método para interesar al lector y como llevarlo hasta el final. El desenlace sorpresivo aparece tardíamente en la historia universal del cuento, con el maestro más grande del género cuentístico en Occidente, Guy de Maupassant. Para Bosch, hay tres tipos de finales en el cuento: Primero, final sin desenlace; segundo, final con desenlace; y tercero, final con desenlace sorpresivo.

Concluye el narrador dominicano afirmando que en el cuento el interés no está supeditado al desenlace, sino que en “el cuento el interés debe estar en lo que se va relatando, no en el final”. Lo que distingue al género cuento es pues su técnica, concluye Bosch en esta conferencia-artículo, antecedente principal y único de su teoría del cuento, que vendría a formularse 14 años más tarde, en Caracas.

2.3. El curso “Técnica del cuento” en Caracas (1958)

Años más tarde, estando en Venezuela, Bosch tuvo la oportunidad de afinar sus ideas sobre el cuento en un curso titulado “Técnica del cuento”, que ofreció en la Dirección de Cultura de la Universidad Central, a partir del 19 de noviembre de 1958, impartiéndose en la Facultad de Humanidades. Según el programa, la primera sesión estuvo dedicada a las ideas generales acerca del arte de escribir cuentos, mientras que la segunda se refería al tema en el cuento: aprendizaje y práctica para la selección del tema. La tercera sesión pasaba del contenido a la forma, al dedicarse al estilo del cuento, y a la relación palabras y hechos. También se trataba lo objetivo y lo subjetivo en el cuento, volviéndose finalmente a la relación entre poesía y acción.

La segunda parte del curso sobre cuento de 1958 tiene sesiones dedicadas, primero, a Guy de Maupassant y a Oscar Wilde; segundo a Rudyard Kipling y Antón Chejov, y la sexta sesión final estaba dedicada al análisis de cuentos de Horacio Quiroga y de Sherwood Anderson. Concluía el curso con un resumen de lo expuesto.

Aparte de los análisis de cuentos y cuentistas específicos, ya en el curso en Caracas de 1958 se perfilan los tres grandes tópicos que siempre abordará Bosch. Primero, en que consiste narrar cuentos, segundo, los temas del cuento, y tercero, el problema de la forma en el cuento. Los aspectos tratados en este curso serán posteriormente sistematizados y dados a la publicación en que lo es el principal aporte de Bosch a la teoría del cuento en América Latina y el Caribe: su libro Teoría del cuento.

En definitiva, es 1958 el año nuclear en que Bosch establece una teoría del cuento como género, cuatro años después de que ha dejado Chile. La primera parte de este curso será la que posteriormente redacte para el libro que se publicará 9 años más tarde en Venezuela, reuniendo todo este material.

En “El tema en el cuento” plantea que un cuento se distingue como género porque presenta un hecho, y lo fundamental del hecho es su tema. Por eso define al cuento de la siguiente manera: “cuento quiere decir llevar la cuenta de un hecho”. El tema es el aspecto valórico y estético del hecho. El tema debe ser humano y universal, y la calidad del tema es determinante para la acción. El narrador puede elegir ocultar un tema para mostrarlo sólo al final.

En “Apuntes sobre el arte de escribir cuentos” Bosch define al cuento como un arte arcaico; es decir, muy antiguo y parte de las actividades artísticas del ser humano. Para él, la intensidad no depende de la acción y el final sorprendente no es una condición estructural del cuento. Se inicia con el protagonista en acción. Bosch piensa que Quiroga fue consciente de la técnica del cuento, y que la técnica es fundamentalmente la búsqueda y selección del tema. Por último, contar cuentos es una actividad social.

En “La forma en el cuento”, el género es definido como un universo. Según Bosch, todo arte es producto de una suma de reglas, las cuales sirven para la creación de una obra. La forma del cuento tiene que ver con su tiempo corto y concentrado. Se trata de una forma profunda y sustancial.

2.4. El libro Teoría del cuento, en Venezuela (1967)

En Bosch, la teoría sobre el cuento emerge en relación con su práctica escritural como cuentista. Tiene conocimiento de los planteamientos sobre el cuento de Horacio Quiroga. Profundiza la línea de reflexión que abrió Edgar Allan Poe y que posteriormente continuará Julio Cortázar. En este libro, Teoría del cuento, de 1967, Bosch presenta una organización cronológica de tres capítulos o ensayos, abordando el cuento mediante la división entre materia y forma, provenientes del curso ofrecido en 1958.

Este breve libro, Teoría del cuento, contiene una aproximación en tres partes a los problemas técnicos y teóricos que presenta el cuento, algo que no se había intentado antes en América Latina. En una edición de 2000 ejemplares, la Universidad de Los Andes, de Venezuela, da a conocer esta aproximación original al relato, de tres artículos que ya habían sido publicados separadamente por Bosch, en años anteriores. Años más tarde habrá también una edición cubana de este libro.

2.4.1. El tema en el cuento (1958)

Bosch plantea que el cuento es llevar cuenta de algo. El rol del lector es reducido en el cuento. En el cuento hay un hecho, un solo tema, humanizado y universal. También el tema debe ser libre de apariencias. El tema es determinante para la acción.

Es positiva la definición etimológica de cuento, consistente en llevar la cuenta de algo. Aquí el tema es el concepto fundamental. En consecuencia, se definen las características del tema, es decir, se constituye una aproximación temática, contenidista, del cuento. Se lo está considerando más como historia que como discurso.

2.4.2. Apuntes sobre el arte de escribir cuentos (1960)

El cuento es el relato de un hecho de importancia. Para ello, hay que dominar la técnica del cuento. El cuento puede ser hermético o figurativo; subjetivo u objetivo; claro u oscuro; directo o indirecto. Según Bosch, escribir un buen libro de cuentos es más difícil que escribir una buena novela. Debe haber un final natural del cuento. Al corregirlo, lo más importante no es lo que queda sino lo que se tacha.

El cuento comienza con el protagonista en acción. Importante es saber terminar y empezar el relato. Hay que aprender de los maestros del cuento. La técnica del cuento consiste en ir derecho hacia el final. El cuentista debe estudiar la técnica del cuento. Buscar es seleccionar el material para el relato. La técnica es como la “tejné” griega, el arte de ejecutar bien.

Se intenta ahora una clasificación de los distintos tipos de cuentos. Sobretodo, se compara el cuento con la novela. Se insiste en que la técnica del cuento es fundamental. Se enfatiza la importancia de la estructura del cuento, y de su inicio y final. Es fundamental la selección del lenguaje y del tema. La técnica del cuento puede ser aprendida de los maestros, dice Bosch, siguiendo a Quiroga. Bosch relativiza el final sorpresivo del cuento, pero siempre la acción es fundamental, porque la estructura del relato es pragmática.

En este artículo, Bosch pone claramente el acento en el discurso del cuento, en su forma, en cómo se narra, más que referirse al nivel de la historia, lo acontecido en la acción, o el tema, como lo había sugerido en el artículo previo.

2.4.3. La forma en el cuento (1961)

Bosch plantea que el cuento tiene una suma de reglas. Las reglas dicen cómo producir la forma del cuento. La expresión artística se divide en tema y forma. Es más importante la forma que el tema. En el cuento el tema es más importante que en la novela. La brevedad del cuento es consecuencia de su forma.

También admite que se desarrollará históricamente el cuento largo. El tiempo del cuento es corto, porque se busca una síntesis de materia y forma. Los nuevos cuentistas (más abstractos), acumulan imágenes sin relación con el tema. Existen diferentes tipos de cuentos: algunos relatan una acción; otros delinean un carácter; estos presentan problemas sociales o políticos; aquellos conmueven al lector.

Según Bosch, hay dos leyes del cuento: a) Primero, la fluencia constante, consistente en la acción psicológica o física. La acción nunca puede detenerse. En la acción está la sustancia del cuento. b) Segundo, sólo hay que usar las palabras indispensables para la acción. La acción está allí  para alcanzar algo. La atracción es la naturaleza activa del cuento.

El aporte de Juan Bosch a la teoría del cuento acontece a fines de la segunda etapa de su vida, aquella que acontece en el exilio. Durante su tránsito por diferentes países del Caribe y América Latina, Bosch va creando a la par una obra cuentística y una teoría del cuento, en una fructífera relación entre la teoría y la práctica. Los textos sobre teoría del cuento que publique entre 1979 y 1991 serán la addenda, la clarificación o el comentario supletorio a un teoría orgánicamente formulada en 1958.

3.1. Tercera etapa conflictiva: 1961-1963: Retorno y presidencia

Retorna por fin Bosch a la República Dominicana en 1961 y en 1962 se publican dos libros suyos: Cuentos escritos en el exilio y Más cuentos escritos en el exilio, los cuales recogen su producción cuentística fuera de República Dominicana (1938-1960). Lamentablemente, este regreso es breve, pues debe abandonar su país como Presidente derrocado, en 1963, luego de ejercer el cargo durante 7 meses.

Junto con publicarse dos volúmenes de cuentos que recogen la producción del exilio, queda claro que la teorización sobre el cuento aconteció principalmente en el exilio, primero en Cuba y luego, principalmente, en Venezuela, dado que allí se ofreció el curso sobre el cuento el año 1958 y allí aparecieron las tres conferencias publicadas entre 1958 y 1961 que pasarían a formar parte sustancial del libro sobre el tema, que se publicará en el segundo exilio de Bosch.

3.2. Cuarta etapa: segundo exilio: 1963-1970

En su segundo exilio vive en Puerto Rico. Publica Teoría del cuento, en la Universidad de Los Andes, de Venezuela, en 1967, que incluye sus tres trabajos sobre el relato elaborados entre 1958 y 1961. Posteriormente viaja por Europa. En 1968 recibe un Premio por su cuento “En un bohío”.

No hay textos escritos de Bosch de este período que se refieran al cuento ni a su teoría.

3.3. Quinta etapa: 1970-2001: Retorno a Santo Domingo.

Regresa a República Dominicana en 1970 y en 1972 anuncia su renuncia a la literatura. Sin embargo, en 1974 publica en Santo Domingo sus Cuentos escritos antes del exilio. En 1975 su segunda novela, El oro y la paz es premiada. En 1983 es publicada en Casa de las Américas, La Habana, una selección de sus Cuentos, y en 1988 da a conocer su libro Textos culturales y literarios, donde consigna algunos estudios que contribuyen a mejor perfilar su concepción del cuento.

A partir de 1989 comienzan a editarse en Santo Domingo los volúmenes de sus Obras Completas. Los dos primeros tomos contienen la obra narrativa tal como él mismo la organizó. El tercer volumen está dedicado a las numerosas Biografías que escribió. En 1993 se publican sus Cuentos selectos, en la Biblioteca Ayacucho, de Caracas. En 1999 aparecen sus Novelas completas, en una edición de homenaje, en Santo Domingo y el año 2000 fue la figura de honor de la Feria Internacional del Libro. Producto de las conferencias analizando su obra literaria, se publicó Juan Bosch: Vida y obra, Seminario Internacional.

4. “Bruno Rosario Candelier, la mujer y la crítica literaria” (1979)

En relación a la teoría del cuento que Bosch ha ido creando a lo largo de los años, se refiere nuevamente a este tópico en una conferencia de 1979, titulada “Bruno Rosario Candelier, la mujer y la crítica literaria”. Declara aquí que el cuento es “una forma de la literatura pura, como lo es, en principio, la poesía”, y que no se puede enseñar a escribir cuentos.

Afirma Bosch que después de la escritura de su primer cuento, que aparece en Camino real, de 1933, se dedicó a leer a los grandes cuentistas, hasta llegar a decir, que dominaba el género, su técnica de creación, y su extensión, y en consecuencia ya no lucharía más con el cuento. Escribir cuentos es también servir al pueblo, y hacerlo bien es importante, según Bosch.
 
En una somera reflexión histórica, dice: “En la literatura española no hay propiamente cuentistas. Los cuentistas de la lengua española se ha dado en la América Latina, no se han dado en España”.

4.1. “Palabras en la presentación de un libro de cuentos” (1981)

En una conferencia ofrecida en 1981, Bosch vuelve a referirse al cuento, y a mejor perfilar su teoría del cuento. Parte diciendo que el cuento es el más difícil de los géneros literarios, para luego hacer un listado de los grandes cuentistas: Maupassant, Kipling, Quiroga, Anderson, Hemingway, Mark Twain, Chejov. Presenta una definición del cuento que profundiza lo planteado en 1944: “el cuento es el relato breve de un acontecimiento, de un solo hecho”.

Luego de esta definición más estructural, sugiere que la característica del cuento, tal como Cortázar lo había afirmado, en la línea de Poe, es “su intensidad. El cuento es intenso por el solo hecho de ser cuento: porque transmite en su brevedad y en el relato de ese hecho único una carga emocional muy tensa”.

Tomando una cierta aproximación a la teoría del efecto en el cuento, agrega que debe haber una sorpresa con la cual el cuentista, inesperadamente, aturde al lector.

4.2. “En el 50 aniversario de Camino real” (1983)

En una reunión de homenaje por el medio siglo de vida del primer libro de cuentos, Bosch estableció, en 1983, que fue transformándose en escritor a partir o mediante el trabajo de escritura, en el sentido de que el trabajo hace al hombre. Luego de declarar que comenzó a escribir cuentos a máquina a los nueve años de edad, establece que todos los cuentos escritos no eran realmente obra suya. “Me los proporcionaba el pueblo dominicano, que en esa época era un pueblo eminentemente campesino”. Era un período en que el campesino, dice Bosch, estaba dominado por la naturaleza física y la naturaleza social en la cual habiataba.

Elabora más, agregando posteriormente que no era él quien escogía a los personajes de sus cuentos, sino que los personajes lo escogían a él como escritor de sus vidas. Era la vida la que le proporcionaba los temas; él no tenía que inventarlos. Se trata, evidentemente, de una poética aristotélica, mimética, referencial.

Bosch sabe que escribiendo cuentos se hizo escritor y así mismo llegó a formular una teoría del cuento, que ahora continúa. Rememora que en Cuba, en 1940, tal como se dicho, se dio cuenta que era capaz de dominar al género cuento, que éste ya no lo dominaba a él. Concluye recordando que en su juventud leyó El Quijote 23 veces.

4.3. “Introducción explicativa 27 años después” (1985)

En este artículo, Bosch da a conocer el origen del libro Apuntes sobre el arte de escribir cuentos. Lo define como “un ensayo hecho en tres partes”, a solicitud de Miguel Otero Silva, director, a la sazón, de El nacional de Caracas. Según Bosch, llevaba unos 25 años pensando en el cuento como género, aunque “el trabajo no era fácil porque, al menos en lengua española no se había hecho un estudio pormenorizado del cuento en tanto género literario”.

Entre los cultores del cuento, además de los ya mencionados anteriormente, destaca los nombres de Chesterton, Andersen, Andreviev, London. Declara que el foco central era la diferenciación entre el cuento, la novela y el relato, lo que le preocupaba en esos años, y mientras hacía el aprendizaje en la práctica aprendía los criterios que utilizaban los grandes maestros del género.

Agrega Bosch que el cuentista que más lo impresionó era Horacio Quiroga,  porque su obra calzaba con lo que Bosch pensaba acerca de lo que era el cuento y su técnica. Sin embargo, los planteamientos sobre teoría del cuento, de Quiroga, tal como se expresan en “El decálogo del cuentista”, le parecen demasiado esquemáticos. Frente a esta situación, y dada la solicitud de Otero Silva, se dedica a sistematizar sus ideas acerca de qué era el cuento y a qué leyes estaba sometido, y cómo debía ser escrito.

Concluye Bosch rememorando la edición de Apuntes sobre el arte de escribir cuentos, en su primera versión de El nacional, las publicaciones de la Universidad de Los Andes y de la Universidad de La Habana, y las 14 ediciones posteriores en Santo Domingo.

4.4. “El cuento” (1987)

En este artículo breve que se refiere a una antología de cuentos colombianos, Bosch proporciona las últimas afirmaciones acerca del cuento. Han sido 11 los ensayos donde se centró en la definición, características, estilo, técnica, función del cuento. Una serie que va desde 1944 hasta 1987, en nuestra documentación.

En este artículo dice Bosch que el cuento no puede tener disgresiones, porque la disgresión saca la atención de donde debe estar depositada. Por eso, declara, “precisamente, lo que tiene que conseguir el autor de un cuento es lo opuesto: que su lector se mantenga con toda su capacidad de atención puesta en lo que va leyendo”. Como se ha visto, la actitud del lector es esencial en el encuentro con el cuento, en la teoría cuentística de Bosch.

En este recuento de la vida de Bosch, evidentemente, hemos puesto el acento en sus obras de carácter narrativo, especialmente cuentístico, porque ellas lo convierten en uno de los más formidables narradores americanos y caribeños, y en sus escritos acerca de la teoría del cuento. Junto a Quiroga y a Cortázar, son los tres latinoamericanos que más han aportado a una teoría del cuento en América Latina.

Recientemente, se acaban de publicar los Cuentos más que completos, de Juan Bosch, en una edición que es prácticamente de todos sus cuentos, prologada por Sergio Ramírez. Lo importante de esta edición, además de contener una nueva publicación de “Apuntes sobre el arte de escribir cuentos”, es que se agregan cinco nuevas narraciones de Bosch, no publicadas en libro y publicadas entre 1932 y 1938. Antes del exilio, entonces, Bosch dio a conocer 29 cuentos, mientras que en el exilio divulgo 27 cuentos suyos.

5. CONCLUSIONES: LA TEORÍA DEL CUENTO DE JUAN BOSCH

Cabe destacar que casi todos los ensayos de Bosch son productos de conferencias orales que luego se publicaron en distintos lugares y períodos. A propósito de presentaciones de libros, primero, y de rememoraciones de publicaciones iniciales, segundo, Bosch presenta, en los años 70 y 80 una complementación a su planteamiento inicial, realizado en los tres escritos de 1958-1961, donde por razones pedagógicas y periodísticas reunió el núcleo central de su teoría sobre el cuento.

Para alguien que declaró que escribía cuentos porque no podía hacer política, un poco más de diez años le costó entender, en primera instancia, el género cuento, desde 1933, fecha de publicación del primer libro de relatos, hasta 1944, cuando pronuncia y escribe su primera exposición fundamentada sobre el tema.

En efecto, al iniciar la formulación de su teoría del cuento, en 1944, Bosch establece que se trata de un género literario específico y que la extensión del relato no importa. Desde esta fecha mantiene que un cuento contiene un tema central, que es en sí una unidad y que además es unidad con la expresión literaria, integrando la unidad mayor materia-forma. Así como rechaza la extensión como criterio definitorio, rechaza también que la técnica sea esencial o que siempre sea indispensable un desenlace sorpresivo. Se aleja así de una definición formalista o efectista del cuento.

Para Bosch es esencial en el género cuento, a diferencia de la novela, la diferente relación del lector con la novela que con el cuento, ya que en este último lo principal es la mantención del interés. Este tópico estará a todo lo largo de la reflexión de Bosch. En cuanto al final del cuento, se ha visto que desde el punto de vista de la acción y también del lector, pueden haber tres tipos de finales: con desenlace, sin desenlace y con desenlace sorpresivo.

5.1. El aporte de la teoría del cuento de Juan Bosch

Una vez que la sistematización del curso sobre el cuento, centrado en la relación entre palabra y acción, en Caracas (1958) acontece en las publicación del trabajo en tres partes (edición venezolana de 1967), se percibe, inicialmente, que lo más importante es la forma en el cuento: esta es una posición formalista y técnica, que significa una alta elaboración y dominio del arte del relato. Bosch compara constantemente el cuento con la novela, contrastando la narración breve con la narración extensa.

Para él, el objetivo del relato es la adecuada síntesis de materia y forma. Por eso, las imágenes deben tener relación con el tema. Esta noción implica la necesaria armonía de la historia con el discurso, de lo que se cuenta, con la modalidad de cómo se cuenta.  En 1958 reitera que el cuento es  la narración de un solo hecho o tema, y que etimológicamente, en la narración, “se lleva la cuenta” de un hecho.

Bosch apunta constantemente, además, a la formulación de variadas tipologías del cuento, algo que siempre le preocupó. Finalmente, las dos leyes del cuento (tema que siempre le interesó expresado de esa manera) están centradas en la acción, esto es en la gramática de las acciones y en la sintaxis del relato. En Bosch, el discurso y el lenguaje aparecen así subordinados a la acción. Se trata de la comprensión del cuento como una estructura o sistema altamente pragmática.

En su teoría, el cuento es una narración recta, que va lo más directamente posible al final, y que se puede aprender de la lectura de los cuentos de los maestros, aunque no se puede enseñar. Reitera, en 1960, que el final sorpresivo no es un elemento estructural indispensable, relativizando, de esta forma, los planteamientos de Poe al respecto.

Junto con ver a la forma, es decir, a la brevedad, como más importante que el tema, el cuento es también una síntesis de materia y forma, donde lo decisivo es la acción constante, en cuanto material y la rigurosa selección del lenguaje, en cuanto forma.

Juan Bosch esbozó esta teoría del cuento luego de haber publicado varios volúmenes de relatos cortos.  Su reflexión fundamental al respecto se extendió entre 1958 y 1961, al finalizar el período de su primer exilio. Su teoría del relato breve se da a conocer después de haber publicado un volumen en República Dominicana y tres volúmenes de cuentos en exilio (dos volúmenes en Cuba y uno en Chile). Estos tres libros de cuentos incluyen 27 relatos escritos entre 1938 y 1961, en los 24 años de exilio, que hemos denominado la segunda etapa de su vida.

Luego de la formulación en libro de su teoría del cuento (1958-1961) y ya viviendo definitivamente en Santo Domingo, Bosch agrega en 1979 ciertas precisiones que es bueno tener en cuenta. Primero, que el cuento es una forma pura, una forma básica literaria, como es la poesía. Segundo, que el cuento está al servicio del pueblo. Y tercero, que los cuentistas han destacado especialmente en América Latina.

En 1981 agrega que el cuento es el género más difícil, iniste en que se refiere a un solo hecho y que le son sustanciales la intensidad y la tensión, junto con la sorpresa que se le provoca al lector. Sólo la práctica de escribir cuentos –dice en 1983- establece una relación dialéctica con la teoría del cuento formulada. Los cuentos son dados por el pueblo, por la vida, a la escritura del cuentista, en una poética de tipo realista.

En 1985 Bosch enfatiza que su teoría se expreso en un solo ensayo de tres partes constitutivas, enfatizando de este manera el carácter orgánico de esta publicación. Tuvo que realizarla porque en 1958, aparte de lo que había escrito Quiroga al respecto, no había ningún estudio sobre la teoría del género cuento en lengua española.

Finalmente, en 1987, apunta sus últimas conclusiones acerca de las leyes del cuento, declarando que lo esencial es la forma de mantener la atención del lector, sin disgresiones de ningún tipo.

La experiencia cuentística le dictó a Bosch la estética y la poética que se expone en estas líneas, favoreciendo siempre la integración entre teoría y práctica, tan importante para la creatividad humana.

 

 

 

 

 

 

6. IMAGEN DE AMERICA LATINA EN LOS CUENTOS DE JUAN BOSCH GAVINO

ANTECEDENTES

Henos aquí reunidos en torno a la obra escrita de un hombre que forjó su vida a partir de palabras. Un hombre de acción que tomó el principal instrumento de comunicación humana, el lenguaje, y lo transformó, no en un arma, sino que en una síntesis estilística mucho más poderosa.

La obra narrativa de Juan Bosch no ha sido, sin embargo, debidamente aquilatada. En las relaciones intertextuales que establecen los discursos entre sí, la obra cuentística de Bosch, que es la que ahora concita nuestra atención, es el antecedente preclaro de decenas de relatos posteriores que no pudieron haber existido sin su presencia. Así hay que entender las narraciones posteriores de Juan Rulfo, Emilio Tellez, Gabriel García Márquez, Juan José Arreola, entre otros.

Juan Bosch es un distinguido politólogo, sociólogo de la cultura, historiador de las ideas, biografista. De su diestra mano emana un mapa minucioso de nuestro continente, de sus grandezas insospechadas y de sus inefables precariedades. Las vidas de los seres humanos y sus peripecias se le transformaron siempre en historias y en su escritura el análisis se alternó regularmente con la narración.

De este Juan Bosch es de quien queremos hablar. De él, que habló de tantos otros, y que con su palabra fundó nuestra existencia y nos hizo ser más allá de los sinsabores cotidianos de las injusticias. Un hombre que esparció la increíble buena nueva, a lo largo de América: la palabra salva, el cuento nos da identidad, la literatura transforma la sociedad.

A) INTRODUCCION: VIDA Y ESCRITURA

1. Primera etapa: en Santo Domingo: 1909-1938

La vida de Juan Bosch se extiende a lo largo de todo el siglo XX. Nació el 30 de junio de 1909. Antes de los 10 años de edad, en 1918, escribe sus primeras narraciones y desde 1925 comienza ya a publicar sus poemas y relatos. Redacta uno de sus cuentos más conocidos, “La mujer”, en 1932, y en 1933 da a conocer Camino real, su primer volumen de cuentos.

En 1935 publica un segundo libro: Indios: Apuntes históricos y leyendas, donde entronca con el pasado caribeño y americano y en 1936 publica su primera novela: La mañosa, la novela de las revoluciones. Según su propio recuento, compone 24 cuentos antes de partir a su largo destierro.

2. Segunda etapa: en el exilio caribeño y americano: 1938-1961

En los 24 años de diáspora que vienen a continuación, en diferentes paises de América, continúa su tarea creadora, logrando reunir 27 cuentos escritos en el exilio.

En los años de exilio es posible distinguir una primera subetapa, de 1938 a 1953. En enero de 1938 ya está en San Juan, Puerto Rico, donde publica Mujeres en la vida de Hostos. En 1939 viaja a Cuba, donde continúa publicando cuentos y poemas, y da a conocer ese mismo año, en Cuba, Hostos, el sembrador. En 1940 lee a Horacio Quiroga y a Pablo Neruda. En 1941 publica Dos pesos de agua, que contiene otro de sus relatos famosos, que da título al volumen.

En 1941 recibe un  Premio por su cuento “El socio”, y en 1942 escribe “El río y su enemigo”, momento en que declara que entendió el cuento y su técnica. En 1943 gana otro Premio con su cuento “Luis Pié”, y en 1947 publica en Cuba el volumen titulado Ocho cuentos. En 1948 pierde 11 cuentos, que llevaban por título Cellejón Pontón. En 1953 Bosch es acusado de participar en asalto al Cuartel Moncada y debe partir a vivir en Costa Rica, y luego en Bolivia.

Es posible distinguir una segunda pero decisiva subetapa a continuación, de 1953 a 1954, pues llega a Chile a fines del 53, probablemente en octubre, e inicia un negocio en un rubro automovilístico en Santiago, en Arturo Prat 45. En 1954 se traslada a Niebla, cerca de Valdivia y escribe: “La muchacha de La Guaira” y “El indio Manuel Securi”, otros dos relatos famosos.

En esta tercera subetapa, de 1955 a 1961, escribe Poker de espanto en el Caribe (publicado posteriormente en 1988), luego publica Judas Iscariote, el calumniado, en la línea de las biografías que ha venido cultivando y un volumen impactante, La muchacha de La Guaira, que aparece en Santiago de Chile, en la Editorial Nascimento, el 31 de julio de 1955. También da a conocer Cuba, la isla fascinante.

En enero de 1956 está de regreso en Cuba. En 1957 publica “Cuento de Navidad”, en Chile, relato escrito en febrero de 1956 en Cuba. En 1958 está viviendo en Caracas, donde, en la Universidad Central de Venezuela, ofrece un curso sobre la técnica del cuento. En 1960 escribe Simón Bolívar, biografía para escolares y el mismo año da a conocer el cuento “La mancha indeleble”.

3. Tercera etapa: 1961-1963: Retorno y presidencia

Retorna por fin a República Dominicana en 1961 y en 1962 publica dos libros: Cuentos escritos en el exilio y Más cuentos escritos en el exilio, a los que se agrega, en 1963, David, biografía de un rey. Lamentablemente, este regreso es breve, pues debe abandonar su país como Presidente derrocado en 1963.

4. Cuarta etapa: segundo exilio: 1963-1970

En su segundo exilio publica Teoría del cuento, en la Universidad de Los Andes, de Venezuela, en 1967, vive en Puerto Rico, y posteriormente viaja por Europa. En 1968 recibe un Premio por su cuento “En un bohío”.

5. Quinta etapa: 1970-2000: Retorno a Santo Domingo.

Regresa a República Dominicana en 1970 y en 1974 publica en Santo Domingo sus Cuentos escritos antes del exilio. En 1975 su novela El oro y la paz es premiada. En 1988 da a conocer su libro Textos culturales y literarios, y al año siguiente se publican los 9 volúmenes de sus Obras Completas. Los dos primeros volúmenes contienen la obra narrativa tal como él mismo la organizó en sus libros.

En este recuento hemos puesto el acento en sus obras de carácter narrativo porque ellas lo convierten en uno de los más formidables narradores americanos y caribeños. Sin embargo, hay que lamentar la ausencia de una bibliografía primaria completa de obras escritas por Bosch y también la carencia de una bibliografía secundaria sobre las obras escritas por Juan Bosch.

B. CUENTOS ESCRITOS ANTES DEL EXILIO

En 1974 publica Juan Bosch, en Santo Domingo, esta colección de 24 relatos titulada Cuentos escritos antes del exilio. Por decisión propia, aquí se agrupan todas las narraciones compuestas antes de enero de 1938. El volumen contiene los relatos referidos exclusivamente a la problemática de la República Dominicana. La imagen de América aquí se basa todavía solamente en la experiencia nacional propia.

Para muchos que no conocíamos República Dominicana, por muchos años estos relatos nos construyeron la imagen mental que teníamos de este país. Vimos la omnipresencia de la muerte, el peso de la naturaleza, la fuerza de la injusticia y la poca esperanza en estos cuentos.

1) Lo temático, la naturaleza y el ser humano

El tema de la muerte emerge como el tópico fundamental. Se trata de la muerte como asesinato, donde una persona muere a manos de otra. Así, los relatos son cuentos de violencia, dramáticos, constituidos por fuerzas tensivas opuestas. Hay una naturalidad de la muerte, del mal y su propagación. Los personajes hacen las cosas casi sin darse cuenta, con una falta de conciencia. Hay también una alta frecuencia de la muerte accidental. Los buenos o inocentes también mueren.

El medio ambiente actúa constantemente sobre el ser humano. Hay un naturalismo implicado en la animalización de las personas. El peso del calor, la lluvia, la oscuridad, el cansancio, sobre el ser humano, es enorme. Se trata de hombres presos de las circunstancias, sin salida, viviendo eternos dilemas. Este es el retrato de la vida humana en el campo y la selva.

El monte y la selva son como seres actuantes vivos. Sin embargo, aparecen como breves toques paisajísticos. La noche es una terrible presencia, un espacio donde perderse física y psicológicamente. Las tierras incultas son como hombres malos en el relato “Guaraguaos”. La relación hombre-bestia, con el caballo, es naturalista. La noche es vista como un vientre oscuro en el cuento “Lo mejor”. Incluso la naturaleza ataca al ser humano insospechadamente, como en “Dos pesos de agua”, otro relato conocidísimo de Bosch.

Hay aquí una revalorización de los seres marginales, en medio de la complejidad de la vida rural. Emergen más personajes masculinos que femeninos. El bandido se yergue como un héroe. Los bandoleros no son del todo malos. Los personajes están siempre moviéndose de un espacio a otro; sólo los acompaña la soledad.

2. La maldad, la esperanza y la estructura

Los personajes del mal son los soldados, el terrateniente, el asesino. No es infrecuente la conversión en bandolero por hambre o frente a la injusticia. Hay una inhumanidad de la vida social, una arbitrariedad de las decisiones que afectan la vida humana. Los soldados más parecen fieras o bandidos. En este mundo abundan los presagios negativos. La sociedad es destructiva y también lo es la naturaleza.

Pero también emerge la solidaridad, la confianza, el amor, la amistad. Hay un despertar de la conciencia social por la presencia omnipresente de la injusticia. Esto se aprecia en relatos como “Sombras”, “El alzado”, “Lo mejor”, “Guaraguaos”, “Camino real”. La lectura y el conocimiento aparecen en este mundo como hechos positivos.

Los cuentos poseen inicios inmediatos, repentinos, en medio de la acción. Hay un uso familiar de los nombres propios. Los párrafos son muy cortos, y los cuentos son muy breves. El escenario es escaso, y cortos los retratos. Hay poca adjetivación y poca adverbialización. Se trata de un arte del diálogo escueto. “Camino real” posee una interesante sección estilística por sus preguntas, que son poco usuales en esta narrativa.

3. Síntesis

La escritura cuentística de Juan Bosch muestra el mundo del campesino en el Caribe. Un mundo de caos constante, donde no vencen nunca los valores positivos. La muerte sorpresiva y arbitraria es el único orden. Muchas veces, los cuentos son explicaciones de hechos acaecidos en otros relatos, donde el hombre es como un organismo más en el medio ambiente.

Hay también una ambiguedad de los datos fundamentales. La superrealidad es escasa pero existente. Los valores positivos emergen poco, comparados con los negativos. Por eso se ve a esta obra como una narrativa de denuncia social. La realidad rechazada es lo que se muestra en los relatos. Hay aquí pocos narradores personales en primera persona. Y para los personajes, todos los cuentos son epitafios, resúmenes de una vida que muere. Aún así, los relatos expresan un punto de vista social.

En este cosmos así señalado, incluso las ánimas hacen el mal sin saberlo. Hay pocos elementos mágicos e irracionales. Se trata, más bien, de cuentos realistas. Por allí aparece el compadre muerto tiempo antes, en el relato titulado “San Andrés”. Los presagios son negativos o  positivos según la circunstancia de los personajes, pero son los negativos los que abundan.

C. CUENTOS ESCRITOS EN EL EXILIO

En 1926, la Librería Dominicana publicó un volumen de relatos de Bosch, que contenía 12 narraciones, con el título de Cuentos escritos en el exilio. Aquí comenzó a recogerse toda la producción cuentística que va desde 1938 hasta 1961. El eje de significación que marca dichos relatos está enfatizado en el título: la experiencia de su diáspora por América, el destierro forzado.

Obviamente, los cuentos fueron escritos fuera de República Dominicana, y en consecuencia, su escritura está abierta a nuevas influencias temáticas y discursivas. Ahora puede plantearse con más fuerza que lo mostrado en los relatos trasciende los marcos nacionales, para entrar a la configuración de un ámbito continental americano.

1. Planteamiento

La primera piedra, o el punto de partida de esta narrativa ha quedado localizado en la República Dominicana. A partir del proceso de escritura desarrollado definitivamente en el exilio, se amplía un poco más el espectro de temas. Se configura así una visión de América Latina con circunstancias más o menos similares en lo social, produciéndose un enriquecimiento de la visión narrativa global que ilustra la vida humana como un episodio decisivo. Gradualmente, los relatos tienden a hacerse más extensos.

Hay pues, en la obra narrativa de Bosch, primero una acumulación narrativa breve centrada en lo propio, en los conflictos de una nación y de una estructura social violenta, insuficiente. En este nuevo volumen, el componente trágico y dramático sigue siendo central en la estructura del relato y a la experiencia humana allí reseñada. Se complejiza la estructura del discurso y el narrador se abre a la incorporación de nuevos elementos.

2. Los cuentos mismos

El sentido de los nombres de los personajes emerge con una significación específica. Don Pío necesita piedad, Cristino no es cristiano en su actuar. Falta el padre llamado Teo, en otro cuento.

Los personajes, en un momento decisivo de sus vidas, hacen gala de una gran fuerza de voluntad. Empiezan a realizar una tarea desesperada, en que se juega su dignidad, su honor en la vida, y que los enfrenta, frecuentemente, a la muerte. El resultado de toda esta actividad desenfrenada, sobrehumana a veces, suele ser negativa.

Los cuentos no se caracterizan por tener una imagen positiva de la vida, sino que las empresas llevadas por la fuerza, en un ámbito usualmente rural, campestre y selvático, concluyen degradamente. La sociedad no entiende el sentido de estos proyectos. El medio social los rechaza. El buen actuar se distorsiona. Y la vida humana emerge como un caos de difícil escapatoria.

Muchos cuentos presentan actos de injusticia, de violencia, de dominación. Se trata de un universo desencantado y rebajado a la más desnuda materialidad. Son frecuentes las heridas, las peleas, las violaciones, la enfermedad, el hambre, la soledad, la persecución.

3. La visión cuentística de América Latina

Estas características no sólo son el núcleo de los microepisodios que componen estos cuentos sino que además son los aspectos definitorios de la identidad de América Latina que comienza a perfilarse gradualmente, cuento tras cuento. Antes, los relatos escritos en el espacio dominicano hablaban de una situación sociopolítica específica; ahora el escenario se ha magnificado y lo que se creía solamente una situación nacional se ha convertido en una situación continental.

Los ejemplos de nuevos espacios reconocidos, ya sea de otros países caribeños, de América Central o de América del Sur, no hacen más que confirmar la hipótesis inicial: El ser humano está siempre expuesto a la destrucción a manos de otro ser humano, aprisionado por las circunstancias. Lo más típico es que no haya otra salida y que las circunstancias sean inexorables. Pero aún así, los personajes luchan, se resisten, chocan contra barreras mucho mayores que ellos mismos.

Las acusaciones injustas, y los castigos terribles se suceden sin parar. Los inocentes son golpeados y recluidos. Hay un destino americano peor que el destino griego. Aquí es el hijo el que denuncia al padre, sin quererlo y gracias a ello el padre es asesinado. Esto pasa una Nochebuena, con un hombre que sólo quiere ver a su familia, encontrarse con sus hijos. Lo logra, pero cuando llega ya es un cadáver.

El tema sobrenatural no emerge con mucha frecuencia, pero en los cuentos en el exilio se hace más presente. La muerte sigue siendo la experiencia central omnipresente, para seres humanos y animales, que a veces no se diferencian mucho entre sí.

4. Proyección de una problemática

Los nuevos espacios y personajes incluyen ahora a haitianos y cubanos, las islas del Caribe. El marco de la rebelión se ha ampliado, el choque social provocado por la injusticia adquiere una dimensión mayor y está marcado por situaciones típicas características de otras regiones.

La nueva situación que es el destierro comienza a aparecer también en los relatos. Los personajes están fuera de su tierra y su tragedia abarca ahora un escenario más inmenso, más cósmico, donde cambian las escenografías pero el mismo drama de la eterna carencia humana sigue repitiéndose.

En algunas ocasiones, el narrador de la historia apela, por todo esto, al lector. El narrador casi siempre es impersonal, tiene una visión global donde contempla todo, conoce las mentes de los personajes, e intenta contemplar objetivamente la situación. Los narradores que son personas y que nos comunican directamente su peripecia son más escasos.

Ahora los narradores y los personajes de los relatos, conmovidos, hacen gala de una visión más cristiana, manifiestan su creencia en Dios como poder superior. Todo esto lleva a que en el relato confluyan códigos de proveniencia más diversa. A la primera denuncia social se agrega ahora un marco simbólico mayor, de implicaciones metafísicas.  Todo esto enriquece todavía más los diferentes niveles de significación que se imbrican en el relato.

5. “Cuento de Navidad”

Todo esto culmina en “Cuento de Navidad”, de 1956. Es un relato extenso, de 60 páginas de largo, donde se combinan tradiciones bíblicas, matrices sociopolíticas, leyendas sobre Santa Claus, elementos nativistas, marco simbólico, latinoamericanismo y humanismo. Se trata, además, de un cuento dividido en seis largos capítulos.

Se realiza, en este premiado relato, un procedimiento de humanización de Dios y de lo divino. La figura de Dios se concreta en actitudes humanas comunes y corrientes. Se retoma la creación del mundo y se piensa la expulsión del paraíso desde el punto de vista de Dios. Aquí se está estableciendo una re-escritura del texto bíblico católico, con un dispositivo paralelístico típico de la intertextualidad.

Muy interesante es, en este punto, la forma en que se caracteriza a los Tres Reyes Magos, con actitudes, valores y conductas muy diferentes entre sí y muy humanas. El relato cubre un largo tiempo, varios miles de años y toda la reacción de Dios está dirigida a detener el llanto de un niño que llora porque no tiene un juguete en Navidad. Esta carencia le duele a Dios enormemente y pone en juego todos sus recursos para resolver este problema, que es una violencia hacia alguien inocente y una injusticia para con un ser humano.

Se puede decir que en “Cuento de Navidad” se une el mito y lo social, el pasado y el presente, el interior y el exilio, y toda la experiencia narrativa anterior. Es un cuento diferente porque aquí la anécdota se resuelve positivamente, luego de muchos avatares. Aparece gente solidaria que presta su positiva ayuda. Dios está contento porque, pese a todo, ha logrado solucionar el problema.

Se trata, pues, del poco frecuente caso del acontecer positivo de lo superreal. Las cosas han mejorado porque la divinidad ha intervenido y no tanto porque el ser humano haya logrado construir un espacio más justo. Dios está contento con las buenas acciones.

El mundo, pese a su degradada concreción y su inhóspita condición, puede llegar a buen fin, y eso es lo que plantea este relato de Navidad, concluido en La Habana, uno de los lugares de exilio de Juan Bosch, en febrero de 1956. Mágicamente, un modesto juguete se ha convertido en una obra de oro y piedras preciosas. Un relato de denuncia transformado en una joya por el tema y su construcción.

D. MAS CUENTOS ESCRITOS EN EL EXILIO

En 1962, en Santo Domingo, la misma Librería Dominicana publica un segundo volumen de relatos de Juan Bosch, titulado Más cuentos escritos en el exilio. Nuevamente, se trata de quince relatos que parten de la experiencia axial del destierro.

Comienzan a emerger aquí algunos nuevos aspectos que ensanchan el marco narrativo anterior, tanto en los aspectos temáticos, relacionados con los personajes, los espacios o los niveles de realidad implicados.

La desgracia sigue llegando a los personajes sin que haya mediado culpa alguna de parte de ellos. Por defender una mujer asediada, un personaje positivo, mata a un hombre malvado. La historia está enunciada como alguien que está contando inocentemente su historia a un juzgado, un recurso que ha utilizado Bosch anteriormente.

El realismo como un choque de realidades contrapuestas

También Bosch estila de presentar un terrible choque de realidades. Una mujer que lleva una vida espontánea y dionisíaca es expulsada de una calle donde a nadie le gusta porque es visitada por hombres que beben. En el relato “Dos amigos”, un perro maduro y con experiencia se hace amigo de otro perro, joven e inexperto, a quien termina asustando, simplemente para que el perro novato vuelva al lugar seguro, donde el amo. Inocencia y experiencia se contraponen bruscamente, y el conocedor favorece la experiencia del más cándido. Lo asusta, lo engaña incluso, pero para que no sea como él mismo y tenga otra experiencia.

Estas realidades opuestas encontradas se van exponiendo gradualmente al lector, pero a veces son un choque tremendo para los personajes. En un relato, titulado “Un niño”, un joven citadino encuentra una choza con un niño solo y decide llevarlo a la ciudad. Sin embargo, al levantarlo, ve que está paralítico y tullido. El niño ya ha ido a la ciudad, a la civilización y allí ha sido atropellado, perdiendo sus dos piernas. La barbarie no está sólo en el campo sino que también en la polis. Hubo una ilusión inicial que la verdad acontecida cambió en un terrible desengaño. Esa es una ley que rige los mundos narrativos realistas, como el de Bosch.

Muchos personajes sufren de un sino trágico y sus interioridades quedan trastocadas por las experiencias sufrientes que les quitan todo. En el cuento “El río y su enemigo”, un río que ha crecido le ha llevado toda la tierra a un campesino que ahora, enloquecido, se arroja al río y lo enfrenta a machetazos. Un tronco lo hiere y se ahoga. Con esta crecida, el río cambia de curso y ahora entrega la tierra que años antes habían cubierto las aguas. A cambio de la vida de un hombre el río devuelve lo que había quitado. Pero el dueño ya no está. Si hubiera resistido un poco más, se habría salvado y re-obtenido su tierra. Pero no fue así. En la lucha entre el hombre y la naturaleza el ser humano lleva todas las de perder. Esta es la ley de estructura que conocer. La naturaleza, tarde o temprano, cobrará su presa.

La personificación de animales u otras entidades más abstractas o intangibles también es parte de la narrativa de Bosch. Un alma escapa de un hombre viejo, deambula, ve como la joven esposa se apronta a una nueva vida y finalmente reingresa al hombre, que se re-anima y vive. Este premio para un ser humano positivo castiga los planes negativos de otra persona. Esta es la cara más esperanzadora, en los cuentos de Bosch.

En otro relato, titulado “Maravilla”, centrado en la figura de animal dotado de comprensión y lenguaje, un buey se salva de ser carneado pero lo ponen a trabajos forzados y revienta al caer al fondo de un abismo; igual termina siendo faenado y devorado por los otros. Es la ley de la selva. Unos mueren para que otros vivan. El sufrimiento es ley universal que abarca a todos los seres vivos.

Del realismo al neorrealismo

El realismo de la cuentística de Bosch se ensancha para incorporar la noción de una representación de la realidad donde ahora también ingresa lo mágico, lo fantástico y lo superreal. Las creencias populares son una base de apoyo para esta transición. El mundo rural se muestra como un mundo mítico donde rituales de enfrentamiento, de cercanía y de riesgo tienen un lugar preeminente. Pese a todo, sin embargo, la muerte del ser humano sigue teniendo una figuración primordial.

En un relato, con el título de “El difunto estaba vivo”, por ejemplo, también construido como una especie de confesión personal ante un juzgado, el narrador cuenta su visión de lo que emergió desde una tumba abierta: alguien que da una orden que alterará profundamente los acontecimientos. El mensaje de la muerte es poderoso e imparable, porque cubre el mundo físico y también más allá, de donde emanan los presagios y profecías.

La violencia, lo absurdo, lo extraño, une también ambos mundos. Inexplicablemente, un personaje muere porque deja de beber alcohol, o porque bebe mucho; algunas de estas muertes son anunciadas por los propios personajes o sus cercanos; la pelea entre hermanos no escapa a este maleficio.

El coloquio entre perros, que es una alusión directa a la narrativa de Cervantes, vuelve a reiterarse. El mundo animal, como se ha visto, se entrelaza con el mundo humano. Los perros pueden ver a la muerte, y se insertan en luchas similares a las de los seres humanos. Aquí también la violencia mantiene su rol fundamental. Un perro, Capitán, en el cuento del mismo nombre, protege a su amo de otro perro atacante. Sin embargo, el perro salvador transmite la muerte a su propio amo, porque ha sido contaminado de rabia, y al lamer la sangre de su dueño, lo condena a una terrible muerte.

Un relato diferente es “Los últimos monstruos”, que narra el estado de acoso en que vive un grupo de seres humanos prehistóricos. Se trata de un relato que contiene proyecciones desde el pasado hacia el presente, pero también un importante elemento positivo. En este mundo caótico, donde gradualmente van muriendo niños y adultos, devorados, se debaten dos monstruos prehistóricos, los dos últimos sobre la faz del planeta, y al morir ambos en la lucha, se garantiza que la pequeña familia humana que ha logrado escapar sobrevivirá, y con ello, la especie humana alcanzará un dominio posterior.

Bosch tiende a organizar sus libros en base a dos lógicas. La primera de ellas ordena los relatos desde los más breves hasta los más extensos. La segunda lógica los posiciona desde los cuentos más realistas, al inicio del volumen, a los cuentos neorrealistas, donde lo superreal, lo prerracional y lo imaginista alcanzan una mayor vigencia. Esto significa que los libros de cuentos escritos en el exilio tienen como piezas finales aquellos relatos de índole más simbólica o alegórica.

Cabe hacer notar que el libro La muchacha de La Guaira, el volumen de cuentos publicado por Editorial Nascimento, en julio de 1955, contiene 8 relatos, 7 de los cuales se encuentran repartidos en los volúmenes que más tarde Bosch llamó Cuentos escritos en el exilio. Sin embargo, uno de ellos, “La muerte no se equivoca dos veces”, no ha sido seleccionado para ser parte de estos volúmenes y tampoco figura otro libro. De tal manera que tampoco figura en los dos primeros volúmenes de narrativa de sus Obras Completas. Este relato entra en la línea de lo superreal y lo imaginista, recién mencionado, porque aparece la figura de la muerte adoptando la imagen de a quien la muerte viene a buscar.

 

E. JUAN BOSCH Y SU TEORIA DEL CUENTO

1. Antecedentes

Su teoría sobre el cuento viene después de su práctica escritural como cuentista.Tiene conocimiento de los planteamientos sobre el cuento de Horacio Quiroga. Profundiza la línea de reflexión que abrió Edgar Allan Poe y que continuará Julio Cortázar. En este libro de 1967, Bosch presenta una organización cronológica de tres capítulos o ensayos, abordando el cuento mediante la división entre materia y forma.

Este breve libro, Teoría del cuento, contiene tres aproximaciones a los problemas técnicos y teóricos que presenta el cuento, algo que no se había intentado antes en América Latina. En una edición de 2000 ejemplares, la Universidad de Los Andes, de Venezuela, da a conocer esta aproximación original al relato, de tres artículos que ya habían sido publicados separadamente por Bosch, en los años inmediatamente anteriores.

2. EL TEMA EN EL CUENTO (1958)

Bosch plantea que el cuento es llevar cuenta de algo. El rol del lector es reducido en el cuento. En el cuento hay un hecho, un solo tema. Este tema es humanizado y universal. También el tema debe ser libre de apariencias. El tema es determinante para la acción.

Es positiva la definición etimológica de cuento, consistente en llevar la cuenta de algo. Aquí el tema es el concepto fundamental. En consecuencia, se definen las características del tema, es decir, se constituye una aproximación temática, contenidista, del cuento.

3. APUNTES SOBRE EL ARTE DE ESCRIBIR CUENTOS (1960)

El cuento es el relato de un hecho de importancia. Para ello, hay que dominar la técnica del cuento. El cuento puede ser hermético o figurativo; subjetivo u objetivo; claro u oscuro; directo o indirecto. Según Bosch, escribir un buen libro de cuentos es más difícil que escribir una buena novela. Debe haber un final natural del cuento. Al corregirlo, lo más importante no es lo que queda sino lo que se tacha.

El cuento comienza con el protagonista en acción. Importante es saber terminar y empezar el relato. Hay que aprender de los maestros del cuento. La técnica del cuento consiste en ir derecho hacia el final. El cuentista debe estudiar la técnica del cuento. Buscar es seleccionar el material para el relato. La técnica es como la “tejné” griega, el arte de ejecutar bien.

Se intenta ahora una clasificación de los distintos tipos de cuentos. Sobretodo, se compara el cuento con la novela. Se insiste en que la técnica del cuento es fundamental. Se enfatiza la importancia de la estructura del cuento, y de su inicio y final. Es fundamental la selección del lenguaje y del tema. La técnica del cuento puede ser aprendida de los maestros, como dice Quiroga. Bosch relativiza el final sorpresivo del cuento, pero siempre la acción es fundamental, porque la estructura del relato es pragmática.

4. LA FORMA EN EL CUENTO (1961)

Bosch plantea que el cuento tiene una suma de reglas. Las reglas dicen cómo producir la forma del cuento. La expresión artística se divide en tema y forma. Es más importante la forma que el tema. En el cuento el tema es más importante que en la novela. La brevedad del cuento es consecuencia de su forma.

También admite que se desarrollará históricamente el cuento largo. El tiempo del cuento es corto, porque se busca una síntesis de materia y forma. Los nuevos cuentistas (más abstractos) acumulan imágenes sin relación con el tema. Existen diferentes tipos de cuentos: algunos relatan una acción; otros delinean un carácter; estos presentan problemas sociales o políticos; aquellos conmueven al lector.

Según Bosch, hay dos leyes del cuento:  a) Primero, la fluencia constante, consistente en la acción psicológica o física. La acción nunca puede detenerse. En la acción está la sustancia del cuento. b) Segundo, sólo hay que usar las palabras indispensables para la acción. La acción está allí  para alcanzar algo. La atracción es la naturaleza activa del cuento.

Conclusiones sobre la teoría del cuento: Lo más importante es la forma en el cuento: esta es una posición altamente formalista. Bosch compara constantemente el cuento con la novela. El objetivo del relato es la adecuada síntesis de materia y forma. Por eso, las imágenes deben tener relación con el tema. Bosch apunta constantemente, además, a una tipología del cuento. Finalmente, las dos leyes del cuento están centradas en la acción.

Juan Bosch esbozó esta teoría del cuento luego de haber publicado varios volúmenes de relatos cortos. Su experiencia cuentística le dictó la estética y la poética que expone en estas líneas. Sus relatos posteriores se apoyarán en estos postulados, favoreciéndose así la integración entre teoría y práctica, tan importante para la creatividad humana.

CONCLUSIONES: LA IMAGEN DE LA GRAN AMERICA EN LA NARRACION BREVE DE JUAN BOSCH

Básicamente, se han examinado aquí tres grandes conjuntos de relatos de Juan Bosch: Cuentos escritos antes del exilio, Cuentos escritos en el exilio y Más cuentos escritos en el exilio. Nuestro corpus textual ha estado pues compuesto por 51 relatos constitutivos de estos tres libros, organizados y canonizados de esta manera por el autor, en tres volúmenes diferentes. 24 cuentos pertenecen al período previo al exilio y 27 relatos son parte de la experiencia del destierro por América. Nuestras conclusiones se refieren a todas estas narraciones.

Podría aceptarse que existen tres grandes grupos de imágenes acerca de América. En primer lugar, las imágenes utópicas y paradisíacas, donde el continente aparece como una naturaleza benigna, habitada por la inocencia, y donde lo exótico es atrayente. Estas imágenes positivas de América la muestran como un lenguaje, como una manifestación de la universalidad, como una inminencia histórica. Es decir, el continente aquí es visto como la búsqueda del ser americano, donde la nominación de lo nuevo es fundamental, constituyéndose en un mito integrativo.

En los cuentos de Bosch hay poco de este espacio privilegiado y positivo de América, sin embargo. El escenario que él construye escrituralmente más parece un purgatorio que un paraíso. Lo inocente será destruido por el mal, en este espacio. Aquí la naturaleza es destructiva y avasalladora. Ahora lo universal es la presencia de lo negativo que casi siempre instaura su ley desintegradora de las cosas. La búsqueda del ser americano llevó a Bosch a encontrar una visión fantasmagórica y terrible de este continente, que atropella la vida humana.

Un segundo grupo de imágenes relativiza la visión mítica positiva, planteando que América es una entidad indomable, con una extrema violencia entre los seres que la habitan. El mundo aparece aquí como un objeto deformado, grotesco, como un escenario altamente caótico donde acontece lo terrible. Y el texto cuentístico lo que hace es encontrar y localizar esa falla, esa fractura, ese instante terrible en que la vida humana queda al borde de un hilo. Este es el tipo de mundo mostrado por la escritura de Bosch. Un mundo naturalista, marcado por designios negativos, donde el bien es castigado y donde el mal impera libremente.

También podría pensarse en un tercer grupo de imágenes de América, aquellas que combinan las imágenes positivas con las negativas. Esta comprensión del continente como yuxtaposición de imágenes lo revela como maniqueísta, como ambigüedad suprema, como un espacio barroco mortal, como una lucha constante entre la civilización y la barbarie. Esta imaginería está muy cerca de la concepción de Bosch, nuevamente. El mundo americano es híbrido, está hecho de fuerzas centrípetas que convergen y poderosas fuerzas centrífugas que todo lo deshacen. Un mestizaje material total, donde chocan las fuerzas contrarias forjando constantemente un espacio de lucha.

A manera de una síntesis sistemática podrían establecerse las siguientes afirmaciones, en relación con la imagen de América presente en los cuentos de Juan Bosch:

América como naturaleza: El continente, incluyendo el Caribe, es visto como la desmesura y la exhuberancia telúrica, fuera de control. América es un dominio físico absoluto, un mundo sin Dios, de fuerzas cósmicas desatadas. La tierra es una entidad poco maternal, vengativa, castigadora.

América como universalidad: La región es percibida como un espacio donde los conflictos particulares apuntan a la constitución de una visión más general. El ensanchamiento de la visión geográfica asegura que los dramas humanos dominicanos son pertinentes a la totalidad del continente americano.

América como la búsqueda del ser americano: El continente, incluyendo el Caribe, es comprendido como el espacio donde la experiencia humana adquiere ciertos rasgos. Esta particular peripecia, con sus constituyentes problemáticos y negativos, es una respuesta a la pregunta sobre la modalidad propia de ser en el mundo

América como una identidad cultural común: América Latina es una región cuyo ser identitario se encuentra unificado por elementos que están presentes en todas partes: en el lenguaje español, en la pasión humana, en la dignidad frente a los desastres, en la pobreza omnipresente, en las injusticias.

América como territorio indomable: Esta región del mundo aparece como un espacio refractario e inhóspito para la vida humana. Se trata de un espacio que reacciona constantemente, en lo social y en lo natural, en contra de la vida humana. Hay algo no domesticado, salvaje con lo que se choca, a cada momento.

América como violencia: La región americana toda se manifiesta, en los cuentos de Bosch, como una narrativa marcada por la destrucción individual y colectiva del otro. Se trata de un espacio de lucha por la dominación y la hegemonía. Esto implica una constante presencia destructiva de la muerte y la violencia física, en una experiencia torturante.

América como un espacio grotesco: Lo representado, en la visión propugnada por estos cuentos, emerge como un espacio deformado, marcado por distorsiones y desequilibrios, un lugar enmarañado y enrevesado. El ser humano allí es sorprendido en una distorsión trágica, violenta, buscando ser, pero sin poder serlo.

América como lucha: La región entera aparece como una mezcla de contrarios, donde la lucha entre fuerzas opuestas tensiona el mundo y al propio ser humano. Todo es ambiguo, todo es maniqueísta, todo se polariza en torno a un enfrentamiento constante de factores decisivos que luchan por apoderarse de las acciones humanas. Estas fuerzas jamás se aquietan, permanecen en tensión irresoluta, en permanente contraste.

América como conflicto entre civilización y barbarie: En resumen, el continente sigue la línea de conducta que percibió Domingo Faustino Sarmiento al ver la historia de Argentina como la disyuntiva entre la civilización y la barbarie. En la región, el enfrentamiento constante entre la modernización y el retraso es un antagonismo vital inevitable. Esta visión cuentística presenta pues una dialéctica reiterada, una dinámica que ilustra el viejo “polemos” griego.

América como síntesis: La región es vista en estos relatos, finalmente, como una construcción híbrida, un mestizaje constante de todo tipo, donde se superponen circunstancias e ideales, confluencia de una diversidad de códigos, tradiciones y visiones. Esta polifonía multiculturalista se debate entre las fuerzas centrífugas y las fuerzas centrípetas, donde líneas de convergencia y líneas de fuga se articulan y rearticulan constantemente, una y otra vez.

En definitiva, diez maneras individualizables de representar a la región americana, con el Caribe incluido, se perciben en los 51 relatos de Juan Bosch. Una región asediada por las catástrofes, por la violencia y la muerte,  donde emerge en un drama único y reiterado. Un espacio cultural distorsionado, tenso, conflictivo y difícil. Abarcar toda esta realidad es una proeza de la palabra y del papel configurador del lenguaje.

Estos relatos conforman un friso enorme de asuntos, caracteres y escenarios. La presencia del trópico y de la vida en la República Dominicana es la mayor constante. Representando su tierra natal, Bosch logró dar una imagen del mundo. Para muchos de sus lectores, que viven en otras partes del mundo, su literatura fue el mecanismo de comprensión de la realidad caribeña. Una palabra fiel a lo real, pero sobre todo, fiel a sí misma.

De esta manera, la palabra de Bosch permanece firmemente anclada, a la vez, en el mundo político y en el mundo estético. Y no sólo contribuye a fundar una literatura nacional y regional en el pasado siglo XX sino que abre las puertas de la gran tarea del siglo XXI, del cual Bosch fue un adelantado, con su mensaje de civilidad, creación y libertad: Un mundo más humano, más justo y más verdadero.

 

 

 

 

Hemos estudiado la totalidad de los cuentos de Juan Bosch en Manuel Jofré, “La imagen de América: cuentos dominicanos y americanos de Juan Bosch”, Juan Bosch: Vida y obra, Seminario Internacional,  Santo Domingo, Comisión Permanente de la Feria del Libro, 2000, 111-124.

Esta cronología se basa en la que aparece en Juan Bosch, Obras Completas, Santo Domingo, Tomo I, Narrativa, 7-25.

Juan Bosch: Imagen, trayectoria y escritura, de Guillermo Piña-Contreras, Santo Domingo, Comisión Permanente de la Feria del libro, 2000, 47.

Se ha utilizado aquí la versión incluida en Juan Bosch: Imagen, trayectoria y escritura, de Guillermo Piña-Contreras, Santo Domingo, Comisión Permanente de la Feria del libro, 2000, 63-68.

Juan Bosch: Imagen, trayectoria y escritura, de Guillermo Piña-Contreras, Santo Domingo, Comisión Permanente de la Feria del libro, 2000, 65.

Juan Bosch: Imagen, trayectoria y escritura, de Guillermo Piña-Contreras, Santo Domingo, Comisión permanente de la Feria del libro, 2000, 66.

Este artículo fue publicado en “El papel literario” de El nacional, de Caracas, el 27 de noviembre de 1958, en p. 6. También figura en La técnica del cuento: Folleto metodológico, La Habana, Ministerio de Cultura, 1978, 11-16.

Este artículo fue publicado en Shell, Año IX, No. 37, Caracas, diciembre de 1960, 44-49. También está incluido en La técnica del cuento: Folleto metodológico, La Habana, Ministerio de Cultura, 1978, 5-10, además de varios otros lugares.

Este artículo fue publicado en la Revista nacional de cultura, de Caracas, No. 144, enero-febrero de 1961, 40-40 y también en La técnica del cuento: Folleto metodológico, La Habana, Ministerio de Cultura, 1978, 17-25.

Santo Domingo, Comisión Permanente de la Feria del Libro, 2000.

Hoy publicada en Juan Bosch, Textos culturales y literarios, Santo Domingo, Alfa y Omega, 1999, 177-186.

Juan Bosch, Textos culturales y literarios, Santo Domingo, Alfa y Omega, 1999, 186.

Juan Bosch, Textos culturales y literarios, Santo Domingo, Alfa y Omega, 1999, 169-176.

Juan Bosch, Textos culturales y literarios, Santo Domingo, Alfa y Omega, 1999, 197-201.

Cabe consignar que Bosch también publicó un último artículo de periódico, también titulado “El cuento”, en El siglo, de Santo Domingo, el 26 de abril de 1991, página 10, al cual, lamentablemente, no hemos podido tener acceso.

México, Alfaguara, 2001, 580 pp.

 

 

 

 

 

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